Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo, Vida,
porque nunca me diste esperanza fallida
ni trabajos injustos, ni pena inmerecida.
Porque veo el final de mi rudo camino
que yo fuí el arquitecto de mi propio destino;
que si extraje las mieles o la hiel de las cosas,
fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas;
cuando planté rosales, coseché siempre rosas.
Cierto, a mis lozanías va a seguir el invierno:
¡mas tú no me dijiste que mayo fuese eterno!
Hallé sin duda largas las noches de mis penas;
mas no me prometiste tú sólo noches buenas,
y en cambio tuve algunas santamente serenas...
Amé, fui amado, el sol acarició mi faz,
¡Vida, nada me debes! ¡Vida estamos en paz!
Amado Nervo
Dedicado para:
- Mamá de Karely
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- Abuelita de Manuel
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2 comentarios:
ESTA MUY BONITO...
UN BESO.
Muy bonita poesía, la he copiado y la he puesto en mi coleccion particular de poesías. Espero q no te importe... besos
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